La inteligencia relacional o la conciencia de la variedad de relaciones que un cliente puede tener con la firma, es un componente importante en las fases principales de CRM.
Las compañías bien pueden capturar una data demográfica, tales como género, edad, ingresos y educación, y conectar dicha data con la información de venta para categorizar clientes en niveles de rentabilidad, pero esto es solo una vista mecánica de las relaciones con los clientes. Esto es, por lo tanto, una señal de que la empresa cree que los clientes aún son recursos que pueden ser usados como oportunidades de venta cruzada o aumento de ventas, que como humanos que buscan interacciones personalizadas e interesantes.
A través del conocimiento de las distintas fases del sistema web, las empresas serán capaces de beneficiarse por la interacción de múltiples relaciones como transacciones conectadas. El factor final del CRM realza su importancia por medio de la contabilidad de ganancias de las relaciones con los clientes. Por el estudio de los hábitos de gasto de los clientes, una empresa puede ser capaz de dedicar diferentes recursos y atención a diferentes tipos de consumidores.
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