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04 de septiembre de 2020

El teletrabajo desde de nuestra vereda

Pasados ya 6 meses desde su inicio, podemos sacar en limpio que la pandemia nos trajo la necesidad de dar un empujón a los medios telemáticos y toda una serie de costumbres digitales que han llegado para quedarse. 

En nuestro caso el presencialismo al cual estábamos acostumbrados día a día, no significó un real obstáculo a la hora de seguir manteniendo nuestros engranajes girando. Desde antes funcionamos diferente al gran número de empleos en donde impera la jornada “productiva” dura y es precisamente aquella flexibilidad la que nos permitió adaptarnos rápidamente a esta modalidad. 

Pese a eso, lo cierto es que el teletrabajo es una especie de utopía.que por años ha intentado hacerse espacio entre las opciones laborales a nivel nacional, pero que sin embargo no ha logrado imponerse ni siquiera en industrias como las TI, que a primera vista pareciesen más apta para ello.

A modo de dato interesante, hay un artículo del EconomistaAmerica que (basado en un estudio/encuesta) afirma que el 75% de los trabajadores considera el teletrabajo sólo como un modo de trabajo más y no como una oportunidad que le presente algún beneficio.

Curioso, cuando cualquiera podría pensar que pasar más tiempo en el hogar, daría un respiro a la errática sincronía entre vida laboral y hogareña de los chilenos -en especial aquellos que son padres-, pero la realidad dista de ser así. 

Esto se puede explicar en la forma en que el COVID ha impuesto este "teletrabajo forzado", haciendo que muchas empresas tengan que asumir la tarea de adaptarse sin ningún tipo de preparación planificación previa. 

La orientación económica de nuestro país, sumada a la presión que algunas industrias están ejerciendo durante la pandemia al buscar que sus empleados regresen luego a sus lugares de trabajo, no ha causado más que a una serie de problemas de salud, movilidad y desempleo a la población.

Como ya lo esperábamos, estamos ultra debajo de la media en comparación a países del primer mundo y quizás, vaya siendo tiempo que la industria asuma el reto y ponga el pecho a las balas, que esta nueva forma de desarrollo económico y social dispara “forzosamente” durante estos días.